viernes, 26 de marzo de 2010

Sapos Aplastados


Más o menos 29, 30 o 31 años ponele. Cuando era chico los veía día por medio. Desde hace treinta años, no veo ninguno y estoy seriamente preocupado. Los chicos hoy día no deben conocerlos. Son como sapos pero más chatitos y más secos o con olor. Antes te los encontrabas, con su apacible carácter, en cualquier calle suburbana. Era lindo despegarlos de un puntapié y ayudarlos a completar la travesía por el asfalto, girando cual trompos. Ahora no se ven por ningún lado. Digo yo, ¿Cuándo van a tomar conciencia los de greenpeace? ¿Cuando no quede un solo ser humano que recuerde a los sapos aplastados?
Alguien que me devuelva algo de fe y me diga que los ha visto.
La misma sensación tengo con los bichitos de luz. Antes iluminaban la noche. Últimamente gracias con que salpiquen escasamente la oscuridad.
Ojo, lo de las luciérnagas puede ser envidia por tanta luz metropolitana. Seguramente es un problema de cartel (nunca mejor aplicado). O cohibidas.
Igualmente alguien me contó que la otra noche cenando, le cayó una luciérnaga en la ensalada y a mí se me prendió la lamparita. ¡Cuántas ideas para la gastronomía!!! …Ya me lo veo a Iwao Komiyama enrollando luciérnagas y cortando rolls luminosos. ¡¡¡Lightning Sushi!!! Y viste que el sushi es con pescado crudo... nosotros lo llevamos un poco más allá. Corremos los límites y ya no solo con pescado crudo, si no también, con bichos vivos y brillando.
Tendríamos que poner una cadena de LightFoods. Y así como McDonalds tiene sus propios establecimientos ganaderos, nosotros deberíamos criar luciérnagas para el abastecimiento de nuestros locales.
No se si se crían como las vacas, si hay que marcarlas y arrearlas para el lado de los bebederos al atardecer. Igual creo que se aprende.
La ensalada de endivias con crocanteses luminosas, va a ser un golazo. El amargor de las endivias va a amalgamarse perfectamente con nuestras pequeñas y brillantes socias comerciales.


Ya me veo en el canal gourmet, cómo además de explicarte como retirarle el intestino a un langostino con un palillo para evitar ese desagradable gusto, te explicarán como retirarle las patitas a las luciérnagas para que no huyan de las ensaladas.
Igualmente hay recetas en que no hay problemas con las extremidades. Por ejemplo una gelatina de kiwi con destellos no ofrece mayor problema. Lo único es que no se puede hacer la gelatina con las luciérnagas pues se morirían de frio. Se hace la gelatina y luego se le incrustan las luciérnagas como si fuesen nueces o almendras.
O bien como sugiere una amiga platense, se pueden incluir en panes dulces, reemplazando a las frutas abrillantadas. Brillar, van a brillar mucho más.
La línea gastronómica light, se basa exclusivamente en la inclusión de nuestras aliadas estratégicas en el negocio. O sea: las luciérnagas. Fuente de proteínas y luz.
Y si.
La comida entra por los ojos...
Ojo, que no te entre volando.
Lo que abunda son los bichos suicidas. Te aseguro que andando un poco llenás el parabrisas como si fuese un álbum. No se van a extinguir por más que quieran.
Lo que tampoco hay son bichos canastos. Y no. No hacen más bichos canastos. Los discontinuaron. Nunca fueron lindos.
Habiendo Tamagochis ¿quién va a querer un bicho canasto? Mucho menos Sea Monkeys, que por diminutos se pasan de aburridos.
Pobre bicho canasto. No tiene mucha prensa. Es lógico. ¿Quién va a poner un mango en promoverlo? Mientras no se resuelva el litigio y se decidan si pertenece al reino animal o al vegetal, el bicho canasto no va a conseguir ni un segundo en intrusos. Y la juventú, ni noticias de este pendulante habitante.
Lo que hay pero que ni se te ocurra dañar, son grillos. Hasta podés romper un espejo, pasar por debajo de una escalera y entregarle el salero en mano al comensal de la derecha. Pero jamás de los jamases dañes a un grillo. Bancate la serenata.
Los bichos verdes que presionados hasta hacerlos difuntos dan mal olor, son las chinches.
En realidad recuerdo, que también olían mal, las juanitas (cascarudos oriundos de Villa María - Córdoba), que tapizaban los pisos de la estación de servicio que era escala entre Bs. As. y Valle Hermoso.
Mención aparte para las gatas peludas. Busque una morera y va a ver cómo le aparecen las gatas peludas. Bicho del demonio. Mas atemorizante que las aguas vivas y cabeza a cabeza con las arañas.
Recuerdo que una vez, cuando era muy pequeño, después del quilombo del meteorito en Yucatán, luego de una lluvia casi veraniega, salimos al jardín y para nuestro asombro se había llenado de sapitos de dos centímetros de diámetro máximo. Habían llovido. Te lo juro. Nos armamos de palanganas y allí fuimos a cosecharlos. Después no sabíamos que hacer y vos viste como son los niños... según como los mires pueden ser terriblemente imaginativos o decididamente sádicos. Los sapos llueven pero no vuelan.
No. Juntando todos los testimonios me da que pensar que los sapos aplastados son como una evolución de los sapos-sapos. Como una adaptación al medio asfáltico y evidentemente esa adaptación no prosperó, pero no por la mutación en sí, si no porque en la argentina de estos últimos años nada prospera. Salvo la soja pero no croa, ni caza moscas. En fin. Para mí que los sapos se fueron a esos países donde la gente los ayuda a cruzar la calle. (Posta. En EE.UU. Hacen eso.)
En el proceso de reorganización animal, los sapos aplastados son: "chatitos y batracios".

También he leído hipótesis que niegan la existencia de la especie “sapo aplastado” asegurando que en realidad se trataría de sapos comunes que aprendieron a cruzar y nada más. Alguien incluso me dijo muy seriamente:
“En realidad nunca se dejaron aplastar, no son tan tontos, solamente no tienen la capacidad mental de saber que los van a matar”

Perá un poquito... ¿vos me estás diciendo que esto es parte de la evolución de las especies? ¿Que nacen sapos y Scania mediante se transforman en sapos aplastados?
Siempre supuse que se trataba de dos especies. Una servía para transformarse en ancas a la provenzal y la otra no servía para nada hasta ahora, que casi al borde de su extinción se nos ocurre lo de las sapandalias.

Reconozco que mis especulaciones son un tanto boludongas, pero ponerte a hacerles test de coeficiente intelectual a los batracios o disertar seriamente sobre su conciencia ontológica, me parece como demasiado, amigo.

Finalmente y yendo al terreno de la flora, si se extinguen los panaderos habrá sido por la ambición desmedida del ser humano.
Recuerdo -y hago mea culpa- de haber sacado yo mismo la semillita de entre las plumitas para pedir mi deseo. Demasiados deseos han condenado a la desaparición a los panaderos.

Porque la ecología no debe contraponerse al desarrollo sustentable de la humanidad , ni mío.

2 comentarios:

  1. Qué boluda!

    Siempre creí que los panaderos eran esos tipos q hacían pan y masitas, no sabía que eran como hados madrinos.

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  2. ¿Cómo llamabas vos a esa cosas que volaban con el viento?

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